lunes, 30 de abril de 2007

Melancólico azul









Hipnosis de un mundo invadido por un melancólico azul y en el que el tiempo permanece casi estático. El amor borra el tiempo; la realidad no es más verdadera que la alucinación, que el ensueño. Pero la ilusión a veces es efímera y la posesión de la realidad, fugaz.
"Porque cuando me amabas, cuando el mundo era hermosísimo y transparente, tu amor era un aliento leve que me contenía y en él podía ir y venir..."BIRD, Poldy; Cuentos de amor. "El tiempo lo destruye todo" NOÉ, Gaspar

Rosueña

Vecina enamorada- obsesionada- del vértigo.

Rosueña es una joven de alrededor de veinticinco años, con un rostro delgado. Una expresión dulzona e ingenua. Tiene unos perfectos labios rojos, el pelo largo- hasta la cintura. Los ojos como dos botones de vidrio negro. Huele a perfume de rosas.
Camina, pero parece estar volando en algún otro universo. Se siente el aleteo de una mariposa y el lento caminar de un gato. El tic-tac de un reloj cercano y el paso de las hojas de algún libro de poesía, un universo caótico y surrealista. Hay un llamador de ángeles en el piso superior, en un rincón, algo escondido, a ella siempre le llama la atención. Seduce con él. Maravilla. Ella es curiosa e impulsiva.
Inspira, y la vida parece tan simple. Tararea una melodía. Invade una tranquilidad onírica de color. La amalgama de esquizofrenias.
Mira hacia arriba, las nubes corren, al igual que ella. Encadenada a la desolación amorosa y a ese trágico destino del que no se puede sustraer.
Hipnosis de un mundo en el que invade un melancólico azul y el tiempo permanece casi estático. Cae una gota desde una de las ventanas, alguien parece haber bañado a sus plantas. La mira, la observa. Se refleja en ella, pero parece contemplar a un extraño, una distorsión con su misma imagen. En uno de los tantos cristales, se vuelve a encontrar.

Un azar del destino que se desliza por encima de ella. Tramos de vahídos farragosos en el que se deja caer al suelo. Cierto entusiasmo, derretimiento de un profundo fervor contiguo, pérdida en algún laberinto- en ese gran lugar blanco de color, de subidas, bajadas y reflejos. Un mareo, como el de la montaña rusa en un parque de diversiones, las vueltas, las ganas de volver. El animarse, subir, MAREARSE y también, gritar. Es una sensación de sucesión de movimiento. Es dejarse llevar, caer desde lo alto y confiar.
Las paredes, los objetos se mueven. La rotación. Los círculos. Las desvergüenzas. La transformación de la realidad. Ritmos de coincidencias y encuentros... La hipnotización. La obsesión. La persecución, y el acoso.

El amor borra el tiempo, la realidad no es más verdadera que la alucinación, que el ensueño. Pero la ilusión a veces es efímera y la posesión de la felicidad, fugaz.
Sueños, claramente invadidos por los deseos, provocados por el temor. Poco a poco se transforma en una obsesión. Se torna peligroso. Un mundo onírico de valentía e impulsos; donde se entrecruzan las dimensiones- la verídica y la de la ilusión. Ambigüedad. Vaguedad. Confusión. Sueños y pesadillas. Mezcla de oscuridades, ausencia de luz y blancos saturados.

“Porque cuando me amabas, cuando el mundo era hermosísimo y transparente, tu amor era un aliento leve que me contenía y en él podía ir y venir (…), columpiarme entre nubes de mariposas anaranjadas apantallando al verano con sus alas inquietas. Cuando me amabas yo podía ser un vértigo (…) Cuando me amabas yo podía ser un canto subiendo por los valles, repicando en los campanarios, girando en las aspas de los molinos, trepando sin cansancio” BIRD, Poldy; Cuentos de amor
“El tiempo lo destruye todo” NOÉ, Gaspar.


* (Por más que lo cambie, las sangrías no salen)

sábado, 21 de abril de 2007

Enamorada del vértigo






Enamorada (obsesionada) del vértigo

Como Vértigo de Alfred Hitchcock; la obsesión, el amor, la melancolía, la pasión, la confusión, la pérdida. Como Irreversible de Gaspar Noé; los movimientos -del comienzo-, sin poder concentrarse en ningún punto, el amor, y la obsesión. Como Amelie de Jean-Pierre Jeunet; la aceleración, la búsqueda, la timidez y nuevamente, la obsesión. Como una montaña rusa en un parque de diversiones; las vueltas, los colores, las ganas de volver. Como las obsesiones humanas.

La idea es, reproducir movimientos, mareo e inestabilidad; ya que tomo vértigo como la alucinación en la percepción del movimiento. Es “mostrar” una obsesión, como lo hacen Alfred Hitchcock y Gaspar Noé en sus películas, pero alejándome un poco del dolor, de la oscuridad, de la venganza. Sería la del entusiasmo, el derretirse, el marearse, perderse, prenderse. El mismo mareo de la montaña rusa y sus colores. Animarse, subir, MAREARSE y, también, gritar. Es la sensación de sucesión de movimiento. Es dejarse llevar, caer desde lo alto y confiar. Pero la ilusión a veces es efímera y la posesión de la felicidad, fugaz. El tiempo de duración de un ataque de vértigo, por lo general, no dura más de veinte minutos. Hay vértigos fluctuantes, persistentes y continuos.

Dos colores, complementarios, el verde y el rojo, como repetición en las fotografías, como unión.

Las paredes, los objetos se mueven. La rotación. La transformación de la realidad. La ansiedad. La hipnotización. La persecución.

“Porque cuando me amabas, cuando el mundo era hermosísimo y transparente, tu amor era un aliento leve que me contenía y en él podía ir y venir (…), columpiarme entre nubes de mariposas anaranjadas apantallando al verano con sus alas inquietas. Cuando me amabas yo podía ser un vértigo.

M”Cuando me amabas yo podía ser un canto subiendo por los valles, repicando en los campanarios, girando en las aspas de los molinos, trepando sin cansancio” (rescaté este fragmento de Cuentos de amor de Poldy Bird; que heredé, era de mi mamá cuando era chica)

“El tiempo lo destruye todo” Gaspar Noé.
























jueves, 19 de abril de 2007

Construcción de curiosos









Una construcción de oposiciones- transitada por el tiempo. La ex fuente de energía de
todo un barrio, ahora invadida por variados personajes; éstos unidos por el lugar, por cables, por tubos, por vigas, por líneas, por un centro, por sus actividades. Al mismo tiempo, cada uno vive en su creación. Observadores. Perspectivas.

A veces, uno cree que está sólo, pero el del frente, puede estar mirándote. Hay que estar atento. Otras, te pueden estar buscando y vos a ellos.

Tranquilidad. Paz. Soledad.

Relaciones. Conexiones.

Líneas. Ventanas. Escondites. Reflejos.

Electricidad. Energía. Fuerza. Onda. Luz.

Electrizar. Radiar. Generar. Conectar.





domingo, 15 de abril de 2007

CEADIG



Pensar el espacio en amarillo; como el color del limón, de la luz, del sol; también del poder y de la voluntad. Se asocia con lo jovial y lo impulsivo; con el deseo de liberación. Amarillo como la inteligencia, como la alegría.

Es limón, es cítrico, es ácido. Colmado del color primario, relacionado con lo esencial. De un tamaño consideradamente chico, pero útil. A veces descuidado o desvalorizado. ¿Desorganizado? Agrio, que puede ser bien exprimido. Un espacio colmado de materiales, aunque carente de tecnología. Copias de lecturas tras ventanas de intercambios. Un lugar de trabajos, de investigaciones, de préstamos. Un poco ácido, agrio. Ataca y reacciona frente a ciertas sustancias y ofrece otras. Relacionado con la creatividad.

Escondido, convocado, habitado. Círculos de movimientos, de corrientes. Reformas.

Un espacio oculto y misterioso, pero visible por su abundancia del color primario, su luminosidad- de grandes ventanales- y su utilidad. Un ambiente de juventud, algo apasionada.

Amarillo y ácido.

CEADIG. Centro de Estudiantes de Arquitectura y Diseño.

domingo, 8 de abril de 2007

Búsquedas



No sé hasta qué punto es interés o gusto. Son contradicciones, el bullicioso encuentro de culturas, personas; las conexiones. Y, por otro lado, el aislamiento, el desierto. Ambas, ¿búsquedas? Por momentos, lo que es interés se transforma en gusto, y viceversa. Me pierdo. Revuelvo para encontrar las dos "búsquedas".

Un desierto interesante



Desierto subjetivo.
Terreno inculto.

Las respuestas que esperaba encontrar, se vuelven una tormenta de preguntas. Tal vez, un nuevo instante las contestará. En este universo de imágenes, resurge a la superficie. Alrededor suyo, no sabrá mirar.

Descoordinado en el espacio ¿y por qué no en el tiempo? Perdido, en el mismo Imperio.

Encerrado, prisionero del misterio, del enigma.

(Cuba 2006)